jueves, 6 de diciembre de 2012

Concilio Vaticano II, el aniversario (Vatican Two, we love you)



Con el cincuenta aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II (1962-1965) y la celebración del año de la Fe, se impone una reflexión en voz alta. 
En primer lugar, a cincuenta años vista, parece que ha cumplido uno de los objetivos principales que marcó el Papa Juan XXIII al anunciar su convocatoria: la puesta al día (aggiornamento) de la Iglesia en su nuevo modo de hablar al hombre contemporáneo, con una intención pastoral y la apertura al mundo a través de un modo dialógico y no condenatorio.
La puesta al día ha generado una nueva forma de entender la Iglesia para la gran mayoría de los católicos, e incluso podemos decir que ha dado a luz una nueva Iglesia, a pesar de la voluntad de hacer del Concilio un concilio pastoral, es decir, que no tuvo la voluntad de definir nada y que en la formulación de sus Constituciones, Decretos y Declaraciones carece de la forma jurídica de exposición y cánones subsiguientes de los concilios precedentes. Por tanto, nada nuevo en su contenido, sino en su aplicación. Sin embargo, en varias ocasiones los actores del concilio, entre ellos el entonces cardenal Ratzinger, teólogo personal del Cardenal Frings en el concilio, afirmaron que supuso "el 1789 de la Iglesia" y que textos como Gaudium et Spes, sobre la Iglesia en el mundo, eran un verdadero "anti-Syllabus", refiréndose a la condenación de los errores de la modernidad o "modernismo" por los papas Pío IX y san Pío X. Textos como el citado y otros como Nostra Aetate y Lumen Gentium así lo corroboran.
Así las cosas, nos encontramos ante un auténtico proceso constituyente y no ante un simple acontecimiento pastoral. Es verdad que nuestro país tiene unas peculiaridades que retrasaron la aplicación del concilio hasta prácticamente la época de la Transición, pero eso no quiere decir que no se haya implantado.
Este "1789" en el seno de la Iglesia responde a los estándares de un proceso revolucionario típico, con sus diversas fases, ejecutado en tiempo récord comparado con los dos siglos que necesitó la célebre Revolución Francesa para asentarse:

-1) Preparación. Es sabido que desde mucho antes del Concilio, ya desde finales del siglo XIX -al menos claramente, si no antes-, la estrategia de los herejes fue la de permanecer en la Iglesia a toda costa, para constituir una "quinta columna", que desde dentro fuera desgastando la vida y doctrina de la Iglesia con ataques casi imperceptibles pero constantes, inyectando la secularización en pequeñas dosis. Tales fueron por ejemplo los intentos de atraer a católicos desprevenidos pero entusiastas a las reuniones ecuménicas y a los movimientos de acción social nacidos en el Protestantismo como "Rearme Moral", condenados por el Papa León XIII, o los primeros católicos llamados "liberales" por el Papa San Pío X al condenar el movimiento de la Democracia cristiana en Francia "Le Sillon". En el plano doctrinal, el mismo Papa condenó en la Encíclica "Pascendi" y en el decreto "Lamentabili" la introducción en algunos seminarios de filosofías modernas que acusaban a la Escolástica de estar anticuada y de ser inservible como método. Aún así, la mayoría del pueblo cristiano permanecía ajeno a estos embates y conservó la fe íntegra.

-2) Proceso revolucionario. Durante el llamado "breve" siglo XX, las fuerzas se dirigen a transformar la teología según esos parámetros: Pío XII habrá de intervenir para condenar la Nouvelle Theologie, asentar la doctrina del pecado original y la gratuidad del orden de la gracia en la encíclica Humani Generis (1950). A pesar de sus esfuerzos, brotan con más fuerza que nunca corrientes que van en la dirección contraria: autores como Teilhard de Chardin, Karl Rahner, Henri de Lubac, Daniélou o Hans Urs von Balthasar se convierten en paladines de una supuesta nueva vitalidad del pensamiento teológico, so capa de libertad de investigación, y aunque entre sí divergen en sus posturas, tienen en común la voluntad de crear un nuevo "marco de referencia" para los católicos en sus creencias, su moral y su vida. Cuando Juan XXIII convoca el Concilio, el ambiente estaba preparado aprovechando la pujanza de una situación histórica hirenista (optimismo exagerado), con una esperanza puesta exclusivamente en los mesianismos terrenales y la efervescencia de una generación que rechazó las instituciones seculares creadas por la civilización cristiana, como la familia o las tradiciones precedentes. Este ambiente tenía especial presencia entre la juventud centroeuropea y anglosajona, y menos en los países latinos y sudamericanos.
En el Concilio se vio que precisamente los Obispos centroeuropeos, constituidos como "la Alianza europea" (Conferencias episcopales alemana, holandesa , francesa y austríaca, entre otras) tenía un plan estratégico para tomar los puestos de dirección mediante un dominio aplastante, usando la protesta asamblearia y los medios panfletarios, pues como se vio después, llegaron a imprimir un millón de folletos informativos para los más de dos mil Padres conciliares tratando de influir en su voto al redactar los textos. De este modo lograron cambiar el sistema de mayoría de voto y deponer la Comisión Teológica propuesta por el Papa, que formaban los cardenales de la curia romana en su mayoría. En medio, toda una historia de desatenciones y desaires a las proposiciones y protestas del grupo de Padres conservadores, menos organizados y con menos medios económicos.

-3. Proceso constituyente. Es el nuevo marco de referencia para la Iglesia a partir de entonces. Son los nuevos textos (Documentos, Decretos, Declaraciones) del Concilio. De cómo se redactaron se infiere que la división era grande; la Dei Verbum, constitución dogmática sobre la Divina Revelación, como botón de muestra, tuvo nada menos que nueve redacciones. Pero la maquinaria de la Allianza europea se impuso y para la conclusión del concilio se había consumado el proceso constituyente. Una revolución en toda regla se mostró imparable en los primeros años del posconcilio y fue mucho más allá de éste, produciéndose defecciones en masa de sacerdotes, religiosas, aberraciones litúrgicas, manifestaciones callejeras y parroquiales contra la jerarquía y un largo etcétera. Cuentan que el cardenal Quiroga Palacios, de Santiago de Compostela, murió del disgusto poco tiempo después de que unos seminaristas pro comunismo le recibieran en la puerta del seminario con petardos e insultos en 1971.

-4) "Segunda República" de la era "imperial" de Juan Pablo II. A semejanza con la obra de Napoleón, Juan Pablo II encauza y estabiliza, le da forma, a la nueva Iglesia salida del Concilio, que, después del período agitador, entra en otro sosegado, pero no menos revolucionario. Su liderazgo mundial bien recuerda a aquel proyecto que el mismo Napoleón explicaba:

"Cuando restablecí los altares, cuando protegí a los ministros de la religión como merecen ser tratados en todos los países, el Papa hizo lo que le pedí: apaciguó los espítitus, los reunió en su mano y lo puso en la mía...El Papa me conservó en el exterior del Catolicismo, y con este prestigio y mis fuerzas en Italia, no desesperaba, tarde o temprano, por un medio u otro, de llegar a dominar al Papa, y conseguido esto, ¡qué influencia y qué palanca de opinión sobre el resto del mundo! Yo tenía mi plan y él no lo conocía...Todos mis grandes proyectos se habían cumplido bajo el disfraz y el misterio. Yo iba a elevar al Papa desmedidamente, a rodearle de pompas y homenajes, hubiese hecho un ídolo de él, hubiese permanecido a mi lado, París se hubiese convertido en la capital del mundo cristiano y yo hubiese dirigido al mundo religioso igual que al político" (Memorial de santa Helena, T. V, pgs. 384-401, citado por Jean Ousset, Para que Él reine, p. 225-226).

-5). "Restauración" de Benedicto XVI. A pesar de dar pasos importantes como el Motu Proprio Summorum Pontificum, el Papa ha subrayado la plena vigencia del Concilio como el único camino para la renovación de la fe en el seno dela Iglesia. en el aspecto de gobierno ya vemos que no ha tenido tino en sus nombramientos curiales. Pero la revolución sigue, nos vemos abocados a una situación de hecho insostenible por mucho tiempo y a la lucha cada vez más clara de aquellas dos posiciones que un día se enfrentaron en el curso del concilio, aunque con los matices propios de una nueva época: por un lado, los "conservadores" representan una nueva ortodoxia, la ortodoxia del Concilio, los que pertenecen a la hermenéutica de la continuidad , que creen en la no -ruptura del Vaticano II y reniegan de la Iglesia histórica. Reivindican el estar en sincronía con el mundo moderno, formados por los nuevos movimientos y asociaciones de seglares bendecidas y promovidas por Juan Pablo II; por otro, los católicos que profesan la doctrina de siempre o "tradicionalistas", una parte testimonial aunque con mucha vitalidad, a pesar de sus grandes dificultades, críticos con la doctrina conciliar y en el lado opuesto, los que quieren aplicar el concilio en sentido regenerativo de la Iglesia: llevar a su término lo que se comenzó, llevar a cabo las reformas que todavía faltan (abolición del celibato, ordenación de mujeres, iglesias asamblearias, etc.) para culminar el proyecto. Por último el pueblo despistado, víctima de la secularización, que todavía pulula por las iglesias-un catolicismo sociológico cada vez más decadente, en el caso de nuestro país-, que concibe la Iglesia como una realidad unívoca donde siguen mandando los jefes, existe una fe muy religiosa y funciona todo como un reloj, aunque en el fondo no parece que le de mucha importancia a nada. Hay que reconocer que la Televisión, emitiendo los grandes actos (sobre todo con la juventud) del Papa, ha contribuído a crear este mito, creído a pies juntillas por el pueblo no avisado. Vestigiis hostis absistent, han perdido el rastro del enemigo.

viernes, 17 de agosto de 2012


El liberalismo y Curro Jiménez

En un episodio de Curro Jiménez, bandolero contra el liberalismo donde los haya, ayuda a los liberales a librarse de la ejecución. Se niega a entregarlos al rey Fernando VII, con lo que pierde el indulto que el monarca le había prometido. Licencia cinematográfica de la serie, que pone en el bando liberal a los trabucaires españoles, cosa que nunca sucedió. Una frase interesante del episodio es la de la hija del general liberal rebelde, dispuesto a dar su vida por la "verdadera libertad": "Si no hubiera gente que luchara contra los opresores, a estas alturas estaríamos todos hablando francés". Pues aplicamos el cuento a nuestra querida patria, ya que si se hubiera luchado por dar una alternativa seria al tardofranquismo que no fuese la "verdadera libertad" que nos vendieron los liberalismos de la democracia capitalista, otro gallo cantaría. ¿Qué libertades "verdaderas" se han logrado? Pues aquellas denominadas "libertades negativas", es decir, la ausencia de coacción estatal para ciertas actividades que no vamos a mencionar aquí sin sonrojarnos o apenarnos por la miseria y el desgarro que han provocado...
Curro Jiménez, vuelve. Los del 15-M no saben montar un pollo.



viernes, 27 de julio de 2012


Preguntas sin respuesta

Gallardón ha mostrado su intención de reformar la ley del aborto. Hay que felicitarse por la defensa de la vida, pero, si es una prioridad de este partido del gobierno,
-¿Por qué lo ha dicho ahora, y no antes? ¿Es que acaso la reforma laboral estaba antes que los principios? Si fuera parte de sus principios la defensa de la vida, lo harían por decreto ley sin demora.
-¿Por qué en este "ahora", cuando sus índices de popularidad están más bajos? ¿Es que se pretende hacer odiosa ante la opinión pública la defensa del feto, o es que se hace en un momento en el que no va a tener la repercusión polémica que se espera?

jueves, 26 de julio de 2012

The Way



Ficha técnica aquí.
Argumento: Tom es un acomodado oculista de Los Ángeles que recibe una llamada comunicándole que su hijo ha muerto en Francia, en la primera etapa del Camino de Santiago . Viaja hasta allí para repatriar los restos, pero ante la noticia del Camino, decide incinerar el cadáver, y, con la mochila de su hijo y las cenizas en una urna completará el camino que él no pudo hacer. Por las diversas etapas se encuentra con algunos compañeros que lo acompañarán todo el viaje: una canadiense que quiere dejar de fumar, un holandés que desea adelgazar, un escritor irlandés que busca inspiración. Todos tienen historias que contar, pues, como se repite en varias ocasiones, "nadie hace el camino por accidente". Al principio todos quieren ocultar sus penas, pero poco a poco esa dureza se va deshaciendo a medida que van haciéndose amigos. Las tragedias personales que cada uno lleva se mitigan al saber-pues en el grupo se va comentando todo- lo que el otro no quiere que se sepa, como en el caso del protagonista, pues una tragedia personal llevada en compañía es menos tragedia. Se muestra que los verdaderos motivos de los protagonistas para hacer el Camino de Santiago no son los que afirman al principio, sino más profundos y personales.

-Virtudes. buena factura, un ritmo constante que engancha al espectador de una manera suave, excepto en los momentos de mayor dramatismo. Las interpretaciones están fuera de duda por parte de la familia Sheen (por cierto, originarios de salceda de Caselas, Pontevedra), y de los papeles breves como el de Ángela Molina. Filme realista, refleja muy bien lo que es el Camino, algo muy accesible por otra parte, pero en este caso se ve que se ha querido hacer un cuadro figurativo y no abstracto de las cosas. Los que han hecho alguna vez el Camino Francés de Santiago se verán reflejados sin duda en alguno de los personajes. No elude las dificultades de un peregrino, aun en la época actual, el tema de la penitencia se habla sin rubor. Se reconoce que está lleno de católicos no practicantes y la necesidad de rezar (en la escena del Padre Frank, un cura con cáncer de Nueva York que va repartiendo rosarios a la gente) y ante el anonimato e individualismo de las grandes ciudades, se contrapone la necesidad y facilidad para comunicarse en el Camino, para hacer amistades y ganar en humanidad. Los conflictos entre peregrinos son tratados quitándole hierro a las discusiones, aun a las peleas. En fin, un retrato fiel de lo que es el camino y lo que lo rodea.

-Defectos: las cosas que intenta promocionar (que los católicos no practicantes sí lo hagan, por ejemplo) no quedan bien promocionadas. Ninguno de los peregrinos se confiesa al llegar a la Catedral de Santiago, no sabemos si todos son católicos, pero al menos del protagonista sí. Se conforman con constatar pequeños milagros como que el escritor irlandés, que había decidido no entrar nunca en una iglesia debido a los escándalos en su país, lo haga al llegar a la catedral. Lo mismo Josh, el holandés bonachón, acaba arrodillándose en el pórtico de la gloria. Es verdad que en esto también la película es fiel, pues la mayoría de los peregrinos no se confiesan y sus ideas sobre la religión son un popurri de todo lo que hay de confuso por ahí. Se muestra el camino como lo que es, un itinerario personal, pero que en el caso del peregrino católico (¿puede llamarse así alguien que no lo sea?), no del viajero, mochilero, buscador de sentido de no sé que, ha de terminar por reencontrarse con la fe perdida (en Dios y en la Iglesia, claro) y empezar una vida de práctica de sacramentos y de oración. Y para eso hay que volver a la Iglesia.
También la peculiar historia de la cremación y el esparcir los restos por todo el camino hasta llegar a Muxía es un rito extraño al catolicismo. Eso sí que no se lo han inventado los peregrinos medievales. es cierto que la Iglesia no dice nada sobre dónde deben reposar los restos incinerados. Y que permite la cremación desde tiempos recientes: el Código de derecho Canónico de 1983 (Canon 1776, #3), siempre que no sea por razones contrarias a la fe cristiana. En esto hay una nueva postura, pues antes no se permitía la cremación por el indiferentismo religioso que daba a entender y la disolución del sentido escatológico de las exequias.
-Por último, he de decir que a los españoles no nos dejan demasiado bien en la película, salvo a los gitanos. En una escena le roban la mochila al protagonista y persigue a un chaval gitano. El padre se entera y obliga al rapaz a devolverle la mochila y la urna a Tom. y les invita a él y a sus amigos a una fiesta gitana. No podía faltar el toque antidiscriminatorio y salvador de los americanos, cosa que difícilmente soportan y que es reflejo también de su desconocimiento de la realidad europea. Los franceses, representados en el gendarme que atiende a Tom a su llegada, quedan como gentes hospitalarias, amables, humanas (esto es verídico, nada que objetar). los demás europeos como el escritor irlandés y el chico holandés como gente habladora, normal, sin fobias. Y la canadiense, a pesar de ser una mujer con un trauma, se comporta de una manera natural. Sin embargo, los españoles cobran el protagonismo en las siguientes escenas: la ruda y arisca hospitalera de Roncesvalles; el dueño de un hotel que está loco; una venta al más puro estilo quijotesco; la excesiva importancia que le dan a la diversidad de formas culturales (que si los pinchos no son las tapas, etc.) en Pamplona, dejando claro que aquello es la "España vasca"; los policías que empujan al holandés y lo tiran en burgos al detener a Tom por borracho; etc...Un pueblo, el español, que parece confundir sinceridad con brusquedad y nobleza con altivez. Hasta cierto punto estoy deacuerdo, pero es una visión demasiado sesgada. Lo malo es que para ver gente diferente o buena hay que buscarla, y esta otra la encontramos fácilmente...Buen camino.

jueves, 5 de julio de 2012

Esbozo de crítica de la cultura contemporánea


La Posmodernidad considera inaceptable la pretensión de universalidad de la cultura europea, señalando la validez de todos los modelos culturales, e incluso elevando a dogma el relativismo cultural. La antropología cultural ha querido desplazar a la cultura como objeto de estudio de la filosofía. Pero esto ha llevado a las disoluciones.


El relativismo cultural ha fracasado en su intento de universalizar, o mejor dicho, de poner asimetría y traducibilidad absoluta entre las diversas culturas, lo que no es sino una idea más sobre el hombre como mero animal adaptado al medio. frente a esto se perdería el elemento constitutivo y diferenciador del hombre, que es la racionalidad. Husserl, inspirándose en Fichte, nos pone en la pista de una cultura universal en esta etapa de la globalización: la producción de una cultura que haga al hombre más humano, un orden moral del mundo, según su propia formulación del imperativo categórico kantiano. Ahora bien, estas decisiones individuales éticas que se irían conformando en comunidades de cultura junto con los otros requieren una determinación específica, la de querer formar parte de esa comunidad de cultura. En nuestra época predomina en cambio la cultura fáctica, donde hay productos culturales inauténticos u orientados no por un ideal ético, sino por el lucro. Las grandes compañías discográficas, las productoras de medios audiovisuales y las TIC (Tecnologías de la información y Comunicación) producen unos productos culturales de masas que, en pocos casos, están determinados por un ideal ético, o cuando lo están, solamente parecen estarlo, debido también a que los valores éticos de una comunidad cultural auténtica pueden convertirse a su vez en un reclamo o producto de autoconsumo. En este sentido podríamos decir que los valores fundados de Husserl se pasan finalmente a valores aislados o de la sensibilidad: un banco puede utilizar -y de hecho lo hacen a menudo- un valor de la cultura auténtica para vender un producto de la cultura fáctica, como cuando en publicidad nos presentan sus valores en obras sociales o su apoyo a los más desfavorecidos.

-Siguiendo a Husserl, no podemos decir que la cultura contemporánea sea "auténtica", pues, según el ideal de cultura sus miembros han de estar determinados por el ideal ético. O, al menos, no podemos decir que sea auténtica en un sentido absoluto o siquiera "mayoritario". Es cierto que hay elementos en la cultura contemporánea que podemos calificar de auténticos, en el sentido de pequeñas comunidades determinadas por el ideal auténtico, y que tratan de propagarlo a la manera de ese "principio espiritual" de Huygens, comparación usada por Husserl (estas comunidades "expandirían" o "irradiarían" el bien a su alrededor). Sin embargo esas comunidades determinadas por el ideal ético están lejos aún de determinar a la sociedad en una dirección. Parece más bien que la sociedad está marcada por la masificación, el individualismo y las miles de concepciones diferentes de vida buena o de un modelo de cultura ideal. Estos problemas inherentes a la democracia no ocultan que la concepción liberal de libertad -básicamente como "ausencia de coacción" se ha impuesto y que es muy difícil englobar a una entera sociedad en una dirección sin ningún tipo de "coacción", sin presentar lo que es mejor para el bien común de una sociedad y poner al margen lo que la amenaza con arruinarla. Y esa es una "coacción" que ha de venir de la autoridad establecida en primer lugar. No somos ángeles. 

-Por último, una mención a la filosofía. Es sabido que en el conjunto de la cultura fáctica imperante, la filosofía sólo se tolera como ilustración cultural de tipo histórico, que no influiría a nivel científico, como pretende Husserl, sino solamente en el estado de opinión general no profesional de la ideal. Esta preferencia de facticidad por racionalidad es un grave escollo para esa propagación del ideal de cultura que se propone.  

sábado, 2 de junio de 2012



Los valores
Estamos acostumbrados -domesticados, más bien- a oir eso de "educar en valores", "poner en valor", "se han perdido los valores"....Hasta el punto de que se ha identificado como una parte básica del pensamiento conservador actual el tema. Que nadie piense, en cambio, que esto es una contribución del tradicionalismo político, de la labor educadora de las Escuelas nacionales franquistas o de la Falange y de las JONS.

Los valores pertencen a la reflexión filosófica moderna y actual, sobre todo en el campo de la Antropología Filosófica y de la Filosofía Moral. Para este pensamiento, el valor pertenece a la dimensión propiamente humana y no de las cosas, pues es el hombre el que les da valor. Aquí hay que mencionar el ideal de cultura en el que se mueven los grupos humanos, que para la disciplina mencionada suele ser una cultura que haga al hombre ser más hombre, más humano. Por tanto, los valores dependerán del concepto de cultura que se tenga, del ideal de cultura.
Los valores no son por tanto para el pensamiento actual entidades separadas que se aplican a las cosas, como si le añadieran algo, sino algo completamente subjetivo, que depende del individuo y, al sedimentarse, de los grupos. así que la pretensión de que "hay que volver a los valores" es una pretensión no de volver a las esencias, sino de rendir culto a la subjetividad. Como hay mucho conservador liberal y laico, que incluso simpatiza con la Iglesia católica (que ha hecho suyo este discurso desde hace relativamente poco), hay que aclarar que ir a misa o ser miembro de una cofradía no tiene nada que ver con "tener valores", en el sentido mencionado. No quiere decir, por ejemplo, que los valores sean cumplir los mandamientos o ser una persona "sana". Quiere decir que en la sociedad multicultural e individualista hay que marcar unos mínimos de convivencia para que esto sea habitable y agradable. Nada más. Intereconomía tendrá que cambiar el discurso, me temo.

-Nada que ver con las esencias:
-Nunca se habló de valores en la Antigüedad: de virtudes sí. Pero no es traducible a "valor". La virtud es un principio operacional en forma de hábito para alcanzar lo que se persigue.
Hay un ideal de vida (eudaimonía o felicidad) que se pretende alcanzar. Por tanto, la vida buena está orientada a un fin (telos), tiene un teleología. Esto no se tiene en cuenta para la vida de hoy, puesto que está regida por las virtudes cívicas o políticas. No hay un fin único, sino muchos fines y muchos medios para alcanzarlos. Y sobre todo, el fin del bien común ha desaparecido en favor del consenso. Podremos hablar de valores, pero serán flatus vocis, entelequias que no tienen influencia más allá de la casa de cada uno, pues su consistencia no está hecha para traspasar las puertas. Solamente se podrá argumentar, dialogar....etc.


viernes, 25 de mayo de 2012

la feminización de la sociedad (II). Cinco términos mortales usados por la mujer

Traducción macarrónica:


1. ¡"VALE"!: Es la palabra que las mujeres usan para acabar una discusión cuando ella sabe que tiene razón y tú tienes que callarte. 
2. NADA: significa algo, así que tienes que estar preocupado. 
3. ¡ADELANTE!: es un reto, no te está dando permiso. No lo hagas.
4. YA; YA: la forma de decirte "que te den" de una mujer.
5. MUY BIEN: está pensando detenidamente cómo vas a pagar por tu error. 
PALABRA EXTRA: UAU! 
Esto no es un elogio, está sorprendida de que alguien pueda ser tan estúpido.

Agradezco a A.R. que haya publicado esto en su muro de Facebook. Muy ilustrativo de lo que decía ayer

jueves, 24 de mayo de 2012



La feminización de la sociedad


Tópicos dichos por mujeres con los que estoy de acuerdo:
  • Este es un mundo de hombres”
  • Los chicos lo tienen todo hecho”
  • lo importante es el amor”
  • ya dicen los estudios que las mujeres somos multitask
  • los hombres sólo quieren una cosa”
  • los hombres no saben hacer muchas cosas a la vez”
Verena Stolcke

...Y sigue. Esto es sabiduría popular, pero como escribo desde una comunidad matriarcal y matrilocal como es la gallega, tengo que hacer algunas puntualizaciones. Es precisamente este hecho-el comprobar que en una sociedad tradicionalmente regida por las mujeres la sociedad en cambio, no se feminizó- lo que me lleva a ello. Refranes como “un hombre es un hombre, y un gato es un bicho”, o expresiones como “medio hombre”, muy populares por estos lares, me indican que eso no viene de la cultura cultivada, asentada y aceptada solidariamente, sino de la cultura global, y en concreto, de la antropología cultural relativista.

En una situación normal, véase en una oficina donde existen los típicos y normales roces entre compañeros de trabajo, si las mujeres están en mayoría esos roces pueden convertirse en un conflicto permanente, por la natural tendencia de las mujeres a defenderse y a hacer grupo. Hasta aquí todo normal. Pero esta manera de actuar se extiende hoy a todos los ámbitos cotidianos. Las mujeres mandan. Algunas mujeres me han comentado a veces que prefieren trabajar entre hombres debido a que se entienden mejor con éstos a la hora de hacerlo en equipo o de no pisarse al repartir las tareas. Es sabido la mayor valía de las mujeres por su fina psicología, su paciencia y su habilidad para lo concreto sin descuidar lo abstracto, su “estar en todo”, etc. Pero como este post no está escrito para hacer la pelota, debo decir que su actitud defensiva está fuera de lugar cuando uno pide un café en un bar y parece que le está haciendo un favor al cliente, o que incluso éste molesta. Un hombre-será por eso de que no pueden hacer dos cosas a la vez- no hace nunca un problema de un asunto tan nimio. La exageración del conflicto o de la urdimbre cotidiana es defecto femenino, que puede también estar en muchos hombres.
mujer rural gallega actual. 

Me arriesgo a ser calificado de muchas cosas, pero pienso que estos defectos se han reforzado con el feminismo vindicativo venido tanto de la antropología cultural relativista (Verena Stolcke, interesante entrevista aquí o Michelle Rosaldo- que acuñó el término violencia de género) como de la filosofía postilustrada de Celia Amorós o Amelia Valcárcel. Para ellas los filósofos defensores del tradicionalismo en la sociedad (Burke, Donoso Cortés, etc.) son culpables de naturalizar diferencias injustas entre hombres y mujeres, y por tanto afirman que esas diferencias son artificiales. Es verdad que ellas se refieren más bien al papel y los derechos de la mujer como ciudadana, derechos que, al emanar de un contrato social (como es el caso de una constitución de los estados nacidos de las revoluciones americana y francesa-y los que se inspiran en ella-) son irrenunciables. Por tanto, en la visión ilustrada es coherente que digan eso. Sin embargo, no tienen en cuenta la situación concreta, ellas, mujeres, dadas a lo concreto, y se muestran siervas de su pensamiento más que de la realidad, que es tozuda. Esa realidad muestra que la igualdad simétrica entre hombres y mujeres no es posible en lo concreto, pues no somos iguales. La igualdad en derechos cívicos de primera generación que engloben al hombre en cuanto miembro de la comunidad política, sí. Ya no me meto en el problema de los supuestos derechos de segunda o de tercera generación, ya no digamos una cuarta o quinta. Pero no es lo mismo el derecho de baja por maternidad que el de paternidad. Las mujeres tendrían que tener derechos adaptados a su condición natural, por ejemplo, de madre, pues no hay nada más femenino que eso. La igualdad simétrica se rompería, pues una madre necesita tiempo y dedicación casi exclusiva a sus hijos. Si quieren reivindicar derechos para las mujeres, podríamos empezar por los de la conciliación laboral y familiar. Poder trabajar por horas, desde casa... que muchas mujeres-las que pueden- dejen sus trabajos para ocuparse de ser madre dice bastante. Ahí está todo un campo reivindicativo que apenas ha sido explotado desde la filosofía en femenino de estas autoras, muy ocupadas en derribar los prejuicios culturales de las sociedades tradicionales del tercer mundo. Aquí también hay cosas en las que pensar. 

sábado, 5 de mayo de 2012

Vive la France, mais pas la Republique

El próximo 13 de Mayo se celebrará la fiesta litúrgica de Santa Juana de Arco, patrona de la nación francesa. Estos días Francia está en el candelero por sus elecciones presidenciales, pero el sistema de gobierno republicano-gane quien gane- será el mismo. Obviamente, no es la nación por la que luchó aguerridamente Santa Juana de Arco, llamando a la unidad católica del país y contra el invasor inglés.
Francia se debate entre un republicanismo militante y una opción modesta pero creciente. El republicanismo laico de Sarkozy o el de Hollande pretende afianzar los valores clásicos del estado de cosas que nació con la Revolución: papel del estado como educador, identificación Francia=valores laicos, etc. Otra cosa esa vía modesta, pero ganando posiciones de la Francia rural, o extraparisina, que puja para recuperar los valores religiosos y su tradición.
Son días para orar por esa noble nación, que aunque hemos tenido guerra a troche y moche desde los tiempos del Emperador Carlos V, no deja de ser hoy un campo de batalla muy importante donde se libran los grandes problemas de nuestro mundo contemporáneo.
Agustina de Aragón o María Pita no le van a la zaga en heroísmo a Juana de Arco, pero no tuvieron esa importancia que tiene para toda una nación que la tiene como referente, aún hoy en día.


sábado, 3 de marzo de 2012

Si Dios existe...Deísmo, teísmo, materialismo.

Parece que aparte de unos cuantos neoateos actuales, la cuestión de Dios ha perdido interés por la introducción y el éxito cada vez mayor de espiritualidades orientales que no requieren la creencia en Dios. Sin embargo, en plena modernidad esta cuestión está en la base del problema de la investigación científica y la filosofía del experimento. 

El típico -y más poderoso- argumento para negar la existencia de Dios es la existencia del mal, ya sea éste físico o moral. Si Dios existe, no me pasaría tal o cual cosa, no habría tantas desgracias como desastres naturales que se llevan inocentes, hambrunas, mundo dividido entre ricos y pobres, injusticias sin cuento...Ante esto la respuesta que dieron pensadores clave como Descartes, Malebranche, Fontenelle o Leibniz, en clave racionalista, o Newton y los filósofos de la teología natural parece que se queda demasiado en el plano teórico. Pues bien, ese plano teórico es necesario, y sus respuestas, aunque diversas ente sí, nos pueden ayudar en el tiempo presente a reflexionar-si es que a alguien todavía le queda esa capacidad- sobre este problema. 
Más en concreto, sobre la Providencia de Dios: cómo era su intervención en el mundo, su principio de actividad, o si la naturaleza era algo autónomo y funcionaba por sí sola como un mecanismo activo. Para todos esos pensadores Dios es el primer principio cosmológico, pero difieren sobre su actuación. Descartes sin quererlo abrió el camino al deísmo al afirmar que Dios en la Creación sentó las leyes que rigen el mundo interviniendo solamente para conservarlo mediante causas segundas. El cartesiano Fontenelle-autor de la Enciclopedia junto con Diderot-mostró una postura deísta, es decir: Dios solamente intervino en el mundo al crearlo y poner sus leyes autosuficientes. Sin embargo, esto representaba un problema con la Providencia extraordinaria de Dios: el milagro quedaba descartado. Malebranche intentó escapar de esta conclusión con el ocasionalismo: interviene en ocasiones cuando el mismo orden que él creó lo requiere, con lo que provocó un nuevo problema, pues esto representa poco menos que un mundo imperfecto en el que Dios tendría que intervenir para reparar lo que supuestamente hizo mal al principio. Dios actuaría directamente, sin causas segundas.
Así las cosas, Sir Isaac Newton aparece. para él, el comportamiento de la naturaleza es un puro dato, y nosotros sólo podemos saber cómo funciona por sus efectos. Dios interviene a través de principios activos espirituales presentes en la materia, que carece de actividad, es algo pasivo, conformando un Dios voluntarista y presente en el mundo, pero que a pesar de las convicciones religiosas que guiaron la obra de Newton, éstas se perderán cuando los materialistas se aprovecharon de una cierta indefinición en esta teoría para poner la actividad de parte de la materia y no de Dios. Otros, como Samuel Hutchinson, acusaron a Newton de rebajar a Dios y confundirlo con la naturaleza. 
Como es sabido, Leibniz rechazó estos sistemas afirmando que éste es el mejor de los mundos posibles, y que la naturaleza está formada por unos principios eternos llamados "mónadas", en la que Dios sería la mónada suprema. 

Desde Orión

El mal moral es fácilmente imputable a la libertad del hombre. Pero, ¿Qué pasa con ese mal físico o natural?
Podemos decir que, por ejemplo, las placas tectónicas tienen unos parámetros de comportamiento regulares, que su actividad es medible y regulable, que las enfermedades se pueden investigar y aislar genes o moléculas que intervienen en ellas, identificar los males a atajar. Si Dios es un Dios Providente, entendiendo la Providencia como ese cuidado amoroso con que Dios conserva y gobierna todas las criaturas, especialmente a los hombres (catecismo de segundo grado, que estudiamos algunos), volvemos a la pregunta inicial. Realmente sería mucho más fácil explicar todo desde la postura deísta a lo Fontenelle, admitir la existencia de Dios pero reducir su cuidado por el mundo a sólo el momento de la Creación-como quiera que eso se produjo- y a establecer unas leyes naturales autorreguladas. Así, el mal físico de la naturaleza no sería culpa de nadie.  Muchos optan por esta explicación, pareciéndoles demasiado burdo o estúpido negar la existencia de Dios. Sin embargo, el que cree que Dios es un Dios Providente, ha de pensar que esta explicación no es satisfactoria, pues Él ha creado la naturaleza para el hombre, y pensar que ésta es un mero mecanismo de relojería es pensar que el hombre no importa, es una criatura sin mayor valor para ese Dios anónimo predicado en la Ilustración, gran Arquitecto del Universo, lejano y despreocupado en su Olimpo de la única criatura que tiene conciencia de sí, de su doble dimensión espiritual y material. 

sábado, 11 de febrero de 2012

La "reforma" de los estudios eclesiásticos de Filosofía. Para víctimas de la Logse

Alumnos de catequesis. Se requiere filosofía personalista.
Para el curso 2012-2013 entrará en vigor un decreto de "reforma" o cambio insustancial de los estudios de filosofía para las facultades eclesiásticas y seminarios. El cambio se refiere sobre todo al número de créditos que forman parte de dichos estudios, que se cifran ahora en un 60 por ciento obligatorio de materias filosóficas tales como la historia de la filosofía, lógica y metafísica, poniendo el acento en la antropología filosófica y la "dignidad de la persona humana". El decreto de reforma viene como a refrendar la Constitución Sapientia Christiana de Juan Pablo II, no a sustituirlo (solamente se dice que tras treinta años de experiencia de dicha constitución es necesario modificar algunos puntos), y no podemos apreciar grandes cambios, a no ser la introducción de la asignatura de Filosofía política. 
filósofos populares a los que se tendrán que enfrentar los futuros clérigos
Pero el gran caballo de batalla en la práctica es el criterio de quien dirige la facultad de Teología, pues el Decreto le da a éste la potestad de fijar las materias más importantes. No es novedad que la Iglesia concede a la Filosofía una importancia relativa-propedéutica para la Teología-, pero si quiere, como afirma el Decreto, que se estudie como prioridad el pensamiento de Sto. Tomás de Aquino, no es de recibo que diga que éste se estudie "de manera ejemplar, no exclusiva"(nº12). Sobre todo porque no se pueden formar unos "habitus" intelectuales para pensar y razonar con precisión si no se estudia de manera sistemática y seria la filosofía de Santo Tomás y las categorías desarrolladas por la escolástica. Podrán decir que ya se estudia, o que si no se estudiaba lo suficiente con este decreto se estudiará más, pero no es así. El caballo de batalla al que aludíamos-el criterio de la persona que dirige- es abrumadoramente antiescolástico en la Iglesia actual, con honrosas excepciones como los seminarios de la Hermandad de San Pío X, por poner un ejemplo, o de otras comunidades tradicionalistas que en plan nicodemo lo mantienen de puertas para adentro.  Un decreto no resuelve por sí solo el problema de la filosofía de las escuelas eclesiásticas. Es una filosofía ésta, la que se enseña, que si bien toca la filosofía de Sto. Tomás en algún curso, lo hace con una perspectiva historicista y meramente la coloca como ejemplo histórico de una síntesis sublime, en el mejor de los casos, pero superada.   Superada no porque los problemas concretos que se han de pensar sean distintos, sino superada porque estamos en un momento histórico que engloba el tomismo como patrimonio cultural y ése es su valor y no otro. Eso es lo que piensan casi todos los que dirigen los departamentos filosóficos de las facultades e institutos teológicos de la Iglesia. Y mientras no se subsane esta forma mentis, que el susodicho decreto pretende cambiar, no hay nada que hacer. La forma mentis adquirida por el clero y los seglares que estudian en las instituciones de la Iglesia es la de la filosofía personalista en general. Faltan el rigor de la lógica y las categorías sólidas de la filosofía perenne. Produce un pensamiento débil, un irenismo barato que es el pan de cada día en la Iglesia de hoy, y un desconocimiento del pasado como punto de partida para interpretar  y llevar a su perfección el presente. 
El decreto no cita ni una sola vez la Aeterni Patris de León XIII, que sin embargo es citadísimo en las cuestiones sociales con otra encíclica, Rerum Novarum.  Fides et ratio es la fuente primigenia para cribar y cristianizar el pensamiento racional. 

De todas formas, ya no hay apenas alumnos en los seminarios y los que quedan no muestran demasiada inquietud por todo ello. La práctica pastoral y la actividad ha de ser su ocupación más importante en la formación, digo yo. Filosofía para víctimas de la Logse-o mejor, del método histórico-salvífico. 

sábado, 28 de enero de 2012

De revueltas árabes y democracia (Alentado por un lector, que me ha hecho ver que eran excesivas mis alabanzas a la primavera árabe).

Cristianos coptos manifestándose en Egipto contra su persecución y matanza 

Bashar El Ashad, presidente de Siria, representa el último bastión del baazismo. El movimiento Baazista surgió en Siria durante el proceso de descolonización de África y el Oriente Medio (recordemos a Nasser, el finado Gadaffi y su libro verde, etc.), enmarcado por una tendencia general a escoger formas políticas que escapasen de la islamización, como el socialismo occidental. Se tomaba así un camino lo más amplio posible como para que se agruparan todas las tendencias y latencias de la sociedad árabe, de suyo compleja y a menudo, fratricida. Lo que a mediados de los sesenta resultó ser una solución, a estas alturas es un problema. Los regímenes “verdes” del socialismo árabe, desde Túnez a Egipto, pasando por Argelia, devinieron en dictadura con el pasar del tiempo, en un traspaso de poder cercano a las monarquías hereditarias, como la familia Al Assad. La pujanza de los Hermanos Musulmanes, de estricta ortodoxia chií y antioccidental, se perfila como fuerza creciente en el país, con la anuencia y apoyo de Francia y el resto de la UE, que hasta ahora había apoyado a las minorías cristiana y kurda. Ante las revueltas, Al Assad no ha tenido más remedio que tomar la mano de sus regímenes amigos, Irán y Rusia, apostando claramente por el sunismo de Teherán para aplastar a sus enemigos. Los gobiernos occidentales, que no entienden nada, pretenden ejercer una tutela prodemocrática en la zona, que ya es un bastión en ciernes de la sharía. Curiosamente el derrocamiento de estos dictadores trae más dictadura, en este caso la islámica chií, o un caos como en Irak.
La historia de los musulmanes nos dice que ejercieron una tolerancia inicial en los países conquistados durante un tiempo, mientras no eran mayoría, como en Persia, o en Al Andalus. Pero cuando se instala la sociedad musulmana, la tolerancia ya no tiene objeto, pues se tolera lo que se estima es malo, pero sólo como mal menor. A las minorías sirias ya no les queda mal menor, pues AlAssad apuesta por Teherán, y por otro lado están los chiís. Les queda emigrar.
Cuando los griegos exportaron la democracia a sus colonias, en tiempos de Pericles-es decir, en el momento más decadente de aquel sistema tan prístino del genio griego- lo hacían para sostener económicamente el imperialismo ateniense, que necesitaba de polis subsidiarias que le pagasen tributo y proveyeran de materias primas. Se había convertido en una institución muy cara debido a que los que votaban debían ser gente desocupada que era pagada por acudir a la asamblea. El sistema político, las infraestructuras, el comercio, etc. sobrevivía gracias a esta forma de imperialismo. Lo que en principio había sido bueno-disminuir el poder del Areópago en la toma de decisiones políticas y aumentar la representatividad de las distintas tribus-con el tiempo degeneró. Mutatis mutandis, pues la democracia griega poco tiene que ver con la nuestra, el imperialismo democrático occidental del norte tiene necesidad de exportar su sistema político a otros países del globo, de convertirlos en satélites para suministrar materias primas o mano de obra barata. La democracia y las libertades son la excusa perfecta para intervenir en países soberanos que en todo caso, han de buscar la mejor forma de gobierno para ellos, según su propio camino, en formas culturales válidamente traducibles. El etnocentrismo occidental no nos deja ver que, alomejor, sencillamente, hay pueblos que no quieren la democracia, no la entienden o no les vale como forma de gobierno.

viernes, 20 de enero de 2012

San Canuto

el verdadero San Canuto, mártir

Esta semana se celebraba San Canuto en numerosos campus universitarios españoles. La fiesta consiste, cómo no, en celebrar una jornada al aire libre donde “llovió marihuana y nevó cannabis”, parafraseando a Tolkien. Esta cultura, unida indisolublemente a otros fenómenos de masas como el botellón y un largo etcétera, huelga decir que son la puesta en práctica de la posmodernidad, en pleno apogeo. Pero además es un ejemplo claro de la inversión cultural que supone. Es una sociedad que ha invertido los valores en sentido nietzscheano, una herejía de la cultura forjada por la Iglesia durante milenios-al menos en la vieja Europa-.

El sapere audere! Kantiano, como abandono de la tutela cristiana de la sociedad, y así pasar de un estado infantil del hombre a uno adulto, se estrella contra la evidencia de que si eso fuera así, el estado de cosas del Ancien Régime quedaría simplemente como reliquia de museo y al que no se volvería más que como algo representativo de su época y lugar. En cierto modo eso es así, pero no no representaría problema alguno para justificar el nuevo orden de cosas nacido de negar y dejar atrás lo pasado. Y sin embargo no solamente se ataca, sino que es un todo holístico que pivota en torno a la inversión de la cruz. Es una sociedad donde la educación, la cultura, el ocio, los ritos de paso y las formas de socialización tienen un un desarrollo propio contrario a la cultura eclesiástica. Sin embargo, ¿Por qué continuar con esta cultura, si la resistencia a la cultura burguesa ya ha logrado su objetivo de sacar a la Iglesia de las realidades temporales y públicas? Quizá porque vivir de esta inversión supone como su esencia y motivo de existir. En tiempos era la Iglesia la que influía, no simplemente tutelaba, como una irradiación de sus propios principios, en esas mismas realidades, le insuflaba su vida. Ahora es al revés: son los principios del mundo los que tutelan e influyen en la Iglesia, incluyendo la toma de posesión de su calendario litúrgico para darle culto a la marihuana, aprovechando el nombre tan pregnante que para el universitario medio supone Canuto. San Canuto no es un santo inventado, hasta hace poco se celebraba, y en el mismo día, pero en un sentido opuesto. Otros casos como las fotos blasfemas de Paz Vega, que no duda en prestarse a una ofensa contra la religión, por no hablar de la cristofobia de Leo Bassi y demás familia, echan de ver que nuestra “cultura”, si se puede llamar así, es simplemente una inversión burda y maligna de lo que la Iglesia ha forjado. Quien no quiere ver esto es que no sabe en qué mundo vive. Pero ya no existe la Inquisición y las ofensas quedan sin castigo y pasan por ser “libertad de expresión”. Y no vale decir que los que hacen eso no son católicos: el mero derecho a defenderse es suficiente. Menos mal que nos queda la justicia divina.

En la vida eterna los porreros universitarios quedarán estupefactos descubriendo que San Canuto, rey de Dinamarca, Mártir, existió de verdad, y les señalará con el dedo junto con todos los que lo conocieron en vida y le invocaron como protector. Pero mientras tanto hemos de sufrir las ofensas sin nadie que las repare o castigue. Es el signo de los tiempos, como diría Europe: