viernes, 25 de mayo de 2012

la feminización de la sociedad (II). Cinco términos mortales usados por la mujer

Traducción macarrónica:


1. ¡"VALE"!: Es la palabra que las mujeres usan para acabar una discusión cuando ella sabe que tiene razón y tú tienes que callarte. 
2. NADA: significa algo, así que tienes que estar preocupado. 
3. ¡ADELANTE!: es un reto, no te está dando permiso. No lo hagas.
4. YA; YA: la forma de decirte "que te den" de una mujer.
5. MUY BIEN: está pensando detenidamente cómo vas a pagar por tu error. 
PALABRA EXTRA: UAU! 
Esto no es un elogio, está sorprendida de que alguien pueda ser tan estúpido.

Agradezco a A.R. que haya publicado esto en su muro de Facebook. Muy ilustrativo de lo que decía ayer

jueves, 24 de mayo de 2012



La feminización de la sociedad


Tópicos dichos por mujeres con los que estoy de acuerdo:
  • Este es un mundo de hombres”
  • Los chicos lo tienen todo hecho”
  • lo importante es el amor”
  • ya dicen los estudios que las mujeres somos multitask
  • los hombres sólo quieren una cosa”
  • los hombres no saben hacer muchas cosas a la vez”
Verena Stolcke

...Y sigue. Esto es sabiduría popular, pero como escribo desde una comunidad matriarcal y matrilocal como es la gallega, tengo que hacer algunas puntualizaciones. Es precisamente este hecho-el comprobar que en una sociedad tradicionalmente regida por las mujeres la sociedad en cambio, no se feminizó- lo que me lleva a ello. Refranes como “un hombre es un hombre, y un gato es un bicho”, o expresiones como “medio hombre”, muy populares por estos lares, me indican que eso no viene de la cultura cultivada, asentada y aceptada solidariamente, sino de la cultura global, y en concreto, de la antropología cultural relativista.

En una situación normal, véase en una oficina donde existen los típicos y normales roces entre compañeros de trabajo, si las mujeres están en mayoría esos roces pueden convertirse en un conflicto permanente, por la natural tendencia de las mujeres a defenderse y a hacer grupo. Hasta aquí todo normal. Pero esta manera de actuar se extiende hoy a todos los ámbitos cotidianos. Las mujeres mandan. Algunas mujeres me han comentado a veces que prefieren trabajar entre hombres debido a que se entienden mejor con éstos a la hora de hacerlo en equipo o de no pisarse al repartir las tareas. Es sabido la mayor valía de las mujeres por su fina psicología, su paciencia y su habilidad para lo concreto sin descuidar lo abstracto, su “estar en todo”, etc. Pero como este post no está escrito para hacer la pelota, debo decir que su actitud defensiva está fuera de lugar cuando uno pide un café en un bar y parece que le está haciendo un favor al cliente, o que incluso éste molesta. Un hombre-será por eso de que no pueden hacer dos cosas a la vez- no hace nunca un problema de un asunto tan nimio. La exageración del conflicto o de la urdimbre cotidiana es defecto femenino, que puede también estar en muchos hombres.
mujer rural gallega actual. 

Me arriesgo a ser calificado de muchas cosas, pero pienso que estos defectos se han reforzado con el feminismo vindicativo venido tanto de la antropología cultural relativista (Verena Stolcke, interesante entrevista aquí o Michelle Rosaldo- que acuñó el término violencia de género) como de la filosofía postilustrada de Celia Amorós o Amelia Valcárcel. Para ellas los filósofos defensores del tradicionalismo en la sociedad (Burke, Donoso Cortés, etc.) son culpables de naturalizar diferencias injustas entre hombres y mujeres, y por tanto afirman que esas diferencias son artificiales. Es verdad que ellas se refieren más bien al papel y los derechos de la mujer como ciudadana, derechos que, al emanar de un contrato social (como es el caso de una constitución de los estados nacidos de las revoluciones americana y francesa-y los que se inspiran en ella-) son irrenunciables. Por tanto, en la visión ilustrada es coherente que digan eso. Sin embargo, no tienen en cuenta la situación concreta, ellas, mujeres, dadas a lo concreto, y se muestran siervas de su pensamiento más que de la realidad, que es tozuda. Esa realidad muestra que la igualdad simétrica entre hombres y mujeres no es posible en lo concreto, pues no somos iguales. La igualdad en derechos cívicos de primera generación que engloben al hombre en cuanto miembro de la comunidad política, sí. Ya no me meto en el problema de los supuestos derechos de segunda o de tercera generación, ya no digamos una cuarta o quinta. Pero no es lo mismo el derecho de baja por maternidad que el de paternidad. Las mujeres tendrían que tener derechos adaptados a su condición natural, por ejemplo, de madre, pues no hay nada más femenino que eso. La igualdad simétrica se rompería, pues una madre necesita tiempo y dedicación casi exclusiva a sus hijos. Si quieren reivindicar derechos para las mujeres, podríamos empezar por los de la conciliación laboral y familiar. Poder trabajar por horas, desde casa... que muchas mujeres-las que pueden- dejen sus trabajos para ocuparse de ser madre dice bastante. Ahí está todo un campo reivindicativo que apenas ha sido explotado desde la filosofía en femenino de estas autoras, muy ocupadas en derribar los prejuicios culturales de las sociedades tradicionales del tercer mundo. Aquí también hay cosas en las que pensar. 

sábado, 5 de mayo de 2012

Vive la France, mais pas la Republique

El próximo 13 de Mayo se celebrará la fiesta litúrgica de Santa Juana de Arco, patrona de la nación francesa. Estos días Francia está en el candelero por sus elecciones presidenciales, pero el sistema de gobierno republicano-gane quien gane- será el mismo. Obviamente, no es la nación por la que luchó aguerridamente Santa Juana de Arco, llamando a la unidad católica del país y contra el invasor inglés.
Francia se debate entre un republicanismo militante y una opción modesta pero creciente. El republicanismo laico de Sarkozy o el de Hollande pretende afianzar los valores clásicos del estado de cosas que nació con la Revolución: papel del estado como educador, identificación Francia=valores laicos, etc. Otra cosa esa vía modesta, pero ganando posiciones de la Francia rural, o extraparisina, que puja para recuperar los valores religiosos y su tradición.
Son días para orar por esa noble nación, que aunque hemos tenido guerra a troche y moche desde los tiempos del Emperador Carlos V, no deja de ser hoy un campo de batalla muy importante donde se libran los grandes problemas de nuestro mundo contemporáneo.
Agustina de Aragón o María Pita no le van a la zaga en heroísmo a Juana de Arco, pero no tuvieron esa importancia que tiene para toda una nación que la tiene como referente, aún hoy en día.