sábado, 2 de junio de 2012



Los valores
Estamos acostumbrados -domesticados, más bien- a oir eso de "educar en valores", "poner en valor", "se han perdido los valores"....Hasta el punto de que se ha identificado como una parte básica del pensamiento conservador actual el tema. Que nadie piense, en cambio, que esto es una contribución del tradicionalismo político, de la labor educadora de las Escuelas nacionales franquistas o de la Falange y de las JONS.

Los valores pertencen a la reflexión filosófica moderna y actual, sobre todo en el campo de la Antropología Filosófica y de la Filosofía Moral. Para este pensamiento, el valor pertenece a la dimensión propiamente humana y no de las cosas, pues es el hombre el que les da valor. Aquí hay que mencionar el ideal de cultura en el que se mueven los grupos humanos, que para la disciplina mencionada suele ser una cultura que haga al hombre ser más hombre, más humano. Por tanto, los valores dependerán del concepto de cultura que se tenga, del ideal de cultura.
Los valores no son por tanto para el pensamiento actual entidades separadas que se aplican a las cosas, como si le añadieran algo, sino algo completamente subjetivo, que depende del individuo y, al sedimentarse, de los grupos. así que la pretensión de que "hay que volver a los valores" es una pretensión no de volver a las esencias, sino de rendir culto a la subjetividad. Como hay mucho conservador liberal y laico, que incluso simpatiza con la Iglesia católica (que ha hecho suyo este discurso desde hace relativamente poco), hay que aclarar que ir a misa o ser miembro de una cofradía no tiene nada que ver con "tener valores", en el sentido mencionado. No quiere decir, por ejemplo, que los valores sean cumplir los mandamientos o ser una persona "sana". Quiere decir que en la sociedad multicultural e individualista hay que marcar unos mínimos de convivencia para que esto sea habitable y agradable. Nada más. Intereconomía tendrá que cambiar el discurso, me temo.

-Nada que ver con las esencias:
-Nunca se habló de valores en la Antigüedad: de virtudes sí. Pero no es traducible a "valor". La virtud es un principio operacional en forma de hábito para alcanzar lo que se persigue.
Hay un ideal de vida (eudaimonía o felicidad) que se pretende alcanzar. Por tanto, la vida buena está orientada a un fin (telos), tiene un teleología. Esto no se tiene en cuenta para la vida de hoy, puesto que está regida por las virtudes cívicas o políticas. No hay un fin único, sino muchos fines y muchos medios para alcanzarlos. Y sobre todo, el fin del bien común ha desaparecido en favor del consenso. Podremos hablar de valores, pero serán flatus vocis, entelequias que no tienen influencia más allá de la casa de cada uno, pues su consistencia no está hecha para traspasar las puertas. Solamente se podrá argumentar, dialogar....etc.