viernes, 27 de julio de 2012


Preguntas sin respuesta

Gallardón ha mostrado su intención de reformar la ley del aborto. Hay que felicitarse por la defensa de la vida, pero, si es una prioridad de este partido del gobierno,
-¿Por qué lo ha dicho ahora, y no antes? ¿Es que acaso la reforma laboral estaba antes que los principios? Si fuera parte de sus principios la defensa de la vida, lo harían por decreto ley sin demora.
-¿Por qué en este "ahora", cuando sus índices de popularidad están más bajos? ¿Es que se pretende hacer odiosa ante la opinión pública la defensa del feto, o es que se hace en un momento en el que no va a tener la repercusión polémica que se espera?

4 comentarios:

Roberto Gómez dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Roberto Gómez dijo...

Exactamente, el exalcalde de la capital más endeudada de Europa, ha afirmado que igualará los derechos del no nacido con malformación al de los no nacidos sanotes.

Según la Constitución Española y su oráculo, el Tribunal Constitucional, a través de su doctrina que interpreta correctamente la voluntad de todos los españoles recogida fielmente en la Carta Magna que a sí mismos se han dado (todo muy dogmático, como el mismo Gallardón), mantiene que el art. 14 (derecho a la vida) no es de aplicación al no nacido.

Ergo ... Gallardón nos ha dicho, pero muy dignamente, que no habrá diferencias en la falta de derechos a la hora de nacer, de un chavalote sano de otro con alguna diferencia.

Y esto lo ha hecho el ministro de Justicia sin despeinarse, aunque supongo el descojone en privado habrá sido mayúsculo.

¿Funciona?. Por supuesto, y máxime cuando el escaso medio millón de votos que le han aupado tras perder ZP (que no ganar el PP, que no es lo mismo), se volatilizan en progresión proporcional a la prima de riesgo.

Pero como España es el país de los catetos por excelencia, o sea, de católicos meapilas analfabetos, la alegría es mayúscula.

Pero se abortará igual, eso sí, aborto de derechas, y si se tercia, hasta aborto católico.

Roberto Gómez dijo...

Ahora el menda de justicia, mantiene una nueva reforma que consta de dos pilares básicos:
A)Deberán justificar el daño psicológico tras la tutela de un médico (fácil la cosa)
B)Será el único supuesto y los plazos se fijarán según las causas.

Es decir: aborto libre desde los 16 años, ya que no habrá cambios en el Código Civil (cambio de Aznar, por cierto).

¿Albricias?. No, no creo; ya que la carga de la prueba volverá a repercutir sobre las mujeres que aborten, como con Felipe Glz: la vida en manos de un tercero.

El único supuesto ahora de la ley Gallardón será el del daño psicológico para la mujer, que lo englobará todo, incluidos los casos de malformación del feto (lo que comentaba en la entrada anterior: ningún derecho). Están por precisar los plazos para los distintos casos y si el médico que intervendrá en la supervisión será del sistema público o privado.

Como pirueta histórica: el padre de este ministro es el que recurrió la Ley del Aborto del 85, como diputado de Alianza Popular.
Otra pirueta. Programa del PP en las últimas elecciones: "Cambiaremos el modelo de la actual regulación sobre el aborto para reforzar la protección del derecho a la vida".

Como nuestra presidenta de "facto· es Angela Merkel, parece que copiaremos el modelo alemán: la decisión última será de la madre, tras pasar de manera preceptiva por la consulta de un médico que revisará el caso, dará la información necesaria, ofrecerá alternativas y realizará su informe. La madre lo tendrá en cuenta, pero la opinión del facultativo no será definitiva.

¿Y los plazos?.Ya que no se precisa el mismo tiempo, el mismo número de semanas, para detectar un síndrome de Down que una atrofia muscular o una espina bífida. Tampoco será igual el plazo si la madre alega razones psicológicas para no tener el hijo por haber sido víctima de una violación.

Aborto libre, otra vez. Pero ahora del PP.

Flipper dijo...

Como dices, es una verdadera pirueta, pero que funciona. Es sabido que el PP no tiene ninguna ideología, más allá de su propio metarrelato liberal, que hoy día ya pocos se lo creen. Como dice Pío Moa, los votantes del PP se empiezan a dar cuenta (ahora ya por cuestiones económicas) que su partido es más una estructura de poder que un modo de hacer política.