jueves, 26 de julio de 2012

The Way



Ficha técnica aquí.
Argumento: Tom es un acomodado oculista de Los Ángeles que recibe una llamada comunicándole que su hijo ha muerto en Francia, en la primera etapa del Camino de Santiago . Viaja hasta allí para repatriar los restos, pero ante la noticia del Camino, decide incinerar el cadáver, y, con la mochila de su hijo y las cenizas en una urna completará el camino que él no pudo hacer. Por las diversas etapas se encuentra con algunos compañeros que lo acompañarán todo el viaje: una canadiense que quiere dejar de fumar, un holandés que desea adelgazar, un escritor irlandés que busca inspiración. Todos tienen historias que contar, pues, como se repite en varias ocasiones, "nadie hace el camino por accidente". Al principio todos quieren ocultar sus penas, pero poco a poco esa dureza se va deshaciendo a medida que van haciéndose amigos. Las tragedias personales que cada uno lleva se mitigan al saber-pues en el grupo se va comentando todo- lo que el otro no quiere que se sepa, como en el caso del protagonista, pues una tragedia personal llevada en compañía es menos tragedia. Se muestra que los verdaderos motivos de los protagonistas para hacer el Camino de Santiago no son los que afirman al principio, sino más profundos y personales.

-Virtudes. buena factura, un ritmo constante que engancha al espectador de una manera suave, excepto en los momentos de mayor dramatismo. Las interpretaciones están fuera de duda por parte de la familia Sheen (por cierto, originarios de salceda de Caselas, Pontevedra), y de los papeles breves como el de Ángela Molina. Filme realista, refleja muy bien lo que es el Camino, algo muy accesible por otra parte, pero en este caso se ve que se ha querido hacer un cuadro figurativo y no abstracto de las cosas. Los que han hecho alguna vez el Camino Francés de Santiago se verán reflejados sin duda en alguno de los personajes. No elude las dificultades de un peregrino, aun en la época actual, el tema de la penitencia se habla sin rubor. Se reconoce que está lleno de católicos no practicantes y la necesidad de rezar (en la escena del Padre Frank, un cura con cáncer de Nueva York que va repartiendo rosarios a la gente) y ante el anonimato e individualismo de las grandes ciudades, se contrapone la necesidad y facilidad para comunicarse en el Camino, para hacer amistades y ganar en humanidad. Los conflictos entre peregrinos son tratados quitándole hierro a las discusiones, aun a las peleas. En fin, un retrato fiel de lo que es el camino y lo que lo rodea.

-Defectos: las cosas que intenta promocionar (que los católicos no practicantes sí lo hagan, por ejemplo) no quedan bien promocionadas. Ninguno de los peregrinos se confiesa al llegar a la Catedral de Santiago, no sabemos si todos son católicos, pero al menos del protagonista sí. Se conforman con constatar pequeños milagros como que el escritor irlandés, que había decidido no entrar nunca en una iglesia debido a los escándalos en su país, lo haga al llegar a la catedral. Lo mismo Josh, el holandés bonachón, acaba arrodillándose en el pórtico de la gloria. Es verdad que en esto también la película es fiel, pues la mayoría de los peregrinos no se confiesan y sus ideas sobre la religión son un popurri de todo lo que hay de confuso por ahí. Se muestra el camino como lo que es, un itinerario personal, pero que en el caso del peregrino católico (¿puede llamarse así alguien que no lo sea?), no del viajero, mochilero, buscador de sentido de no sé que, ha de terminar por reencontrarse con la fe perdida (en Dios y en la Iglesia, claro) y empezar una vida de práctica de sacramentos y de oración. Y para eso hay que volver a la Iglesia.
También la peculiar historia de la cremación y el esparcir los restos por todo el camino hasta llegar a Muxía es un rito extraño al catolicismo. Eso sí que no se lo han inventado los peregrinos medievales. es cierto que la Iglesia no dice nada sobre dónde deben reposar los restos incinerados. Y que permite la cremación desde tiempos recientes: el Código de derecho Canónico de 1983 (Canon 1776, #3), siempre que no sea por razones contrarias a la fe cristiana. En esto hay una nueva postura, pues antes no se permitía la cremación por el indiferentismo religioso que daba a entender y la disolución del sentido escatológico de las exequias.
-Por último, he de decir que a los españoles no nos dejan demasiado bien en la película, salvo a los gitanos. En una escena le roban la mochila al protagonista y persigue a un chaval gitano. El padre se entera y obliga al rapaz a devolverle la mochila y la urna a Tom. y les invita a él y a sus amigos a una fiesta gitana. No podía faltar el toque antidiscriminatorio y salvador de los americanos, cosa que difícilmente soportan y que es reflejo también de su desconocimiento de la realidad europea. Los franceses, representados en el gendarme que atiende a Tom a su llegada, quedan como gentes hospitalarias, amables, humanas (esto es verídico, nada que objetar). los demás europeos como el escritor irlandés y el chico holandés como gente habladora, normal, sin fobias. Y la canadiense, a pesar de ser una mujer con un trauma, se comporta de una manera natural. Sin embargo, los españoles cobran el protagonismo en las siguientes escenas: la ruda y arisca hospitalera de Roncesvalles; el dueño de un hotel que está loco; una venta al más puro estilo quijotesco; la excesiva importancia que le dan a la diversidad de formas culturales (que si los pinchos no son las tapas, etc.) en Pamplona, dejando claro que aquello es la "España vasca"; los policías que empujan al holandés y lo tiran en burgos al detener a Tom por borracho; etc...Un pueblo, el español, que parece confundir sinceridad con brusquedad y nobleza con altivez. Hasta cierto punto estoy deacuerdo, pero es una visión demasiado sesgada. Lo malo es que para ver gente diferente o buena hay que buscarla, y esta otra la encontramos fácilmente...Buen camino.

3 comentarios:

Ignacio dijo...

Los gitanos son españoles. En general es una buena película,aunque muy tamizada por realitivismo y buen rollo; supongo que imposiciones de producción por aquello de la multiculturalidad.Es una película muy buena, y si, a demasiada gente ya hay que exsplicarle que acaba en Santiago,que se llama así por eso, y que rollos fantásticos de Tolkien no proceden que bastante es ya con lo que es.

Miguel dijo...

No, no lo son. Son una población alógena procedente de la India, que no forma parte de la población nativa de ningún país europeo y que en todos los casos han vivido mayoritariamente a lo largo de los siglos de actividades parasitarias de sus sociedades anfitrionas. Basta de imbecilidades.

Flipper dijo...

De todas formas si haces el camino ves que lo que más abunda es el "turigrino"; la película resalta el aspecto más "profundo", pero tragedias personales tiene todo el mundo.