viernes, 25 de noviembre de 2011

La justicia como imparcialidad: Rawls

Siguiendo un poco con eso del liberalismo, o más bien de sus desarrollos, pues es un monstruo con varias cabezas, me ha gustado la exposición de Fernando Rodríguez Genovés en el número de este mes del Catoblepas sobre John Rawls y Nagel, aunque demasiado breve y condensado como para abordar el tema sin estar informado (esto es internet). Me interesa subrayar algo de lo que nos quejamos a veces: que las distintas opiniones valen lo mismo y que las obviedades llenan por doquier cualquier medio. Pues esto lo debemos en parte a las éticas liberales postkantianas como la de Rawls. En su versión de la ética de comunicación de "Jabermas" -es divertido transgredir estos nombres tan ultravenerados-  y K.O. Apel , Rawls defiende que para ser moralmente justos habría que poner a todos en el mismo nivel, a saber: 1) que todos acepten las reglas del juego o un marco de convivencia, y 2) que pongan entre paréntesis su situación social, como si no supieran nada. es decir, habrá que jugar a un juego en el que tú-no eres-tú-sino -yo, en pro de la convivencia y de la paz social. Sólo así se salvaría la "imparcialidad" del sujeto moral a la hora de juzgar. 
No entiendo cómo Rawls pretende salvar así la responsabilidad moral del sujeto, o si simplemente está organizando las normas del "Monopoly". Parece que ciertos desarrollos de la ética liberal están hechos ad hoc para la ética de "empresa"-no se ha concretado aún qué cosa sea esa, pero predicada por ciertos clérigos neomodernistas -, salvaguardar la responsabilidad moral todo lo que se pueda, en favor de las "fuerzas ciegas" que mueven el mercado y la sociedad capitalista.

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