sábado, 20 de agosto de 2011

...Para los que hacen deporte


...O cultivan compulsivamente su cuerpo en el gimnasio para estar bien, dicen, consigo mismos. Lo mismo para las damas que se afanan en operarse los senos, nariz, liftings, y cosas por el estilo:

"¿Por qué, dime, alimentas y ejerces las fuerzas del cuerpo? La naturaleza se las concedió mayores que las tuyas a los ganados y las fieras. ¿Por qué cultivas la hermosura? (...) cualquier caballo lucirá una crin más espesa, en la cerviz de los leones se erizará una melena más hermosa. Por mucho que te adiestres en correr, no igualarás a una liebre.  ¿Quieres tú, dejando todo eso en que necesariamente has de ser vencido, puesto que te esfuerzas en lo que no es tuyo, volver a tu bien propio? ¿Cuál es éste? A saber, un ánimo limpio y puro, émulo de Dios, que se levante sobre las cosas humanas, que ponga nada suyo fuera de sí. Eres un animal racional. ¿Cuál es, pues, el bien en ti? La razón perfecta. (...) Piensa que tú eres feliz cuando todo tu gozo nazca de ella, cuando viendo lo que los hombres arrebatan, desean, guardan, nada encuentres en todo eso (...) Te daré una breve fórmula con la que midas si ya eres perfecto: tendrás lo tuyo cuando comprendas que los más desgraciados son los felices. Salud."

Séneca, carta CXXIV, 21-24

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